viernes, 2 de enero de 2009

LA SEDA Y EL CAPITAL RIESGO

El capital riesgo busca compras en la bolsa

11:46 02-01-2009

Todo tiene su límite. Y las caídas en bolsa de las empresas españolas del mercado continuo también, a juicio de los fondos de capital riesgo. Estos compradores y vendedores de empresas con deuda están resucitando la idea de excluir compañías del parqué, un tipo de operación muy habitual en países como Reino Unido. En España, la primera operación de este tipo fue la exclusión bursátil de Parques Reunidos en marzo de 2004, una etapa, con paralelismos con la actual, en que las compañías de pequeña y mediana capitalización habían perdido atractivo para los analistas y los inversores.

La ocasión fue aprovechada por el fondo americano Advent para adquirir la empresa de ocio por 166 millones de euros y potenciar su crecimiento, creando valor mediante adquisiciones fuera de la bolsa. Después vino su venta a otro fondo, Candover, en 2007 por 935 millones de euros. Algo a lo que seguirían otras exclusiones de bolsa (conocidas como public to private en el sector), como las de Recoletos, antigua editora de EXPANSIÓN, Amadeus, Cortefiel y Telepizza. «Existen oportunidades de adquirir buenas empresas a precios muy buenos, pero los bancos deben estar dispuestos a proveer financiación», afirma Julián de Unamuno, director del banco de inversión Arcano. Y es que la dificultad de acceso al crédito es, a día de hoy, el principal obstáculo que encuentran estos fondos (que usan deuda para maximizar la rentabilidad del capital que aportan). La falta de visibilidad sobre la marcha de los resultados empresariales en 2009 es la otra barrera. «Un candidato sólido sería una empresa con flujos de caja recurrentes y negocios que resistan las dificultades», dice Guillermo Arbolí, responsable de N+1 Corporate Finance. No obstante, fruto de las fuertes caídas de la bolsa en 2008, muchas de estas operaciones podrían no ser atractivas para los accionistas tradicionales, por una prima elevada que incorporaran.

Pioneros
Empresas como Vidrala, Amper, GAM, Viscofán, Service Point y La Seda, por citar algunas, llevan años en la agenda del capital riesgo. «Les seguimos la pista estos días, algunas de estas empresas cotizan por debajo del valor de su capital en caja», reconocen desde un fondo nacional. Una de las condiciones para que triunfe una oferta de una de estas firmas, que persiguen rentabilidades del 20% al año para su dinero, es que la empresa no tenga accionista de control. Algo que en el pasado ha obstaculizado operaciones de exclusión diseñadas sobre grupos como Prosegur y Ebro Puleva.

Algunas firmas, como Thesan Capital se han adelantado. La firma española que tiene como inversor al banco japonés Nomura ha entrado en el capital de Avánzit y de su filial audiovisual Vértice 360, con la toma de sendas participaciones de entre el 9% y el 13% del capital. Su objetivo es ganar peso dentro de la compañía y potenciar el crecimiento mediante adquisiciones. Otro fondo, First Mile Investment, ha anunciado su intención de adquirir la mayoría del capital de la inmobiliaria catalana Aisa. Y algunos han querido ver en la integración del negocio europeo de Smithfield con Campofrío una operación de corte defensivo para evitar una opa de un fondo de private equity.

Ley de opas
Otro punto a favor de estas operaciones es la actual ley de opas, que introduce cláusulas como el squeeze out, que obliga a los minoritarios de una compañía a vender sus acciones en una opa(en caso de haber logrado un grado de aceptación del 90% del capital o superior). Para que triunfe una operación así, estos fondos necesitan asegurarse el control de al menos el 75% del capital por motivos de consolidación fiscal, un requisito que han conseguido en todas sus opas en España.

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